Qué hacer en caso de infección vaginal
Las infecciones vaginales pueden tener diversas causas y no están relacionadas necesariamente con la vida sexual; así que es posible que una mujer presente una infección en cualquier etapa de su vida: niñez, pubertad, adolescencia, adultez y madurez. Su aparición es una consecuencia de la alteración de las defensas naturales de la vagina, por lo que es necesario determinar con ayuda de tu ginecólogo que hábitos causan dicha alteración.
Causas comunes de una infección vaginal
Como mencionamos, la causa principal para que exista una infección vaginal es la alteración de la defensa natural íntima, que es el nivel de acidez adecuado para evitar la colonización de gérmenes patógenos externos. La acidez puede verse alterada por:
Una higiene íntima excesiva o deficiente
Ropa interior no permeable
Relaciones sexuales
Cambios hormonales
Alimentación deficiente
Tratamientos con determinados antibióticos
Los anticonceptivos
Uso incorrecto de toallas sanitarias o tampones
Una manipulación inadecuada de la zona que conlleve la migración de bacterias desde el ano hacia la vulva
Cómo saber que tengo una infección vaginal
Los síntomas varían de acuerdo con el agente causal, pero algunos signos y síntomas típicos son:
Dolor o ardor al orinar
Dolor durante las relaciones sexuales
Picazón en la región íntima
Flujo vaginal con o sin mal olor
Flujo vaginal verdoso o con apariencia de requesón
Heridas, úlceras o verrugas en la región íntima
Enrojecimiento de toda la zona afectada
Dolor de vientre
Estos síntomas pueden aparecer de forma aislada o asociados entre ellos, siendo común que la mujer presente por lo menos 2 de estos síntomas.
Qué hacer en caso de infección vaginal
La principal forma de identificar y confirmar que se trata de una infección vaginal es a través de la consulta con el ginecólogo, quien podrá realizar una evaluación minuciosa y solicitar exámenes de diagnóstico, si es necesario. Es importante no automedicarse y seguir el tratamiento al pie de la letra para que el agente patógeno no se fortalezca y la infección empeore.
En algunos casos, será recomendable cambiar algunos hábitos para prevenir una segunda infección, entre ellos tener una dieta que ayude a acidificar la flora vaginal, cambiar la forma de aseo íntimo y usar otro tipo de ropa interior.
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