Lo que tu bebé aprende de ti
Lo que tu bebé aprende de ti desde el nacimiento hasta los 6 meses es maravilloso
Lo que tu bebé aprende de ti durante sus primeros 6 meses es algo maravilloso. En esta primera etapa, tu cercanía es su alimento, tu piel su refugio, tu voz su guía y tus palabras los estímulos que le ayudarán a despertar al mundo, a madurar, a ver lo que le rodea con curiosidad y felicidad.
Muchas veces los padres no son del todo conscientes de todo aquello que ocurre a lo largo de los primeros trimestres de vida de un bebé. En ocasiones, y durante estas etapas iniciales, nos enfocamos más en asegurarnos de que sube de peso, de que se alimenta de forma correcta y de que duerme las horas que le tocan sin protestar en exceso.
Sin embargo, en su cuerpo acontecen cosas asombrosas. Un ejemplo de ello es lo que nos explican desde la revista «JAMA Neurology«: a lo largo de estos primeros 6 meses el cerebro se desarrollará más que en ninguna otra etapa. Aún más, este proceso se inicia justo después del parto, motivo por el cual, es necesario establecer con ellos un vínculo temprano, fuerte y seguro que propicie ese maravilloso despertar neuronal.
Gracias a ti, su cerebro crece un 1% al día
El cerebro del bebé crece de media un 1% al día durante los 3 primeros meses. Los tres meses siguientes lo hará un 0,4%. Es algo asombroso, algo que tiene sus tiempos y a su vez, unos estímulos que generan que este desarrollo sea el óptimo.
Cada caricia, cada sonido, cada abrazo, cada juguete que le enseñas, cada vez que pones el dedo en su mano, que lo meces o que lo sacas a pasear para que disfrute de la luz del solo, las formas y las sensaciones de la ciudad, lo haces, alientas su crecimiento.
A lo largo de los 6 primeros meses de vida la parte del cerebro que más se va a desarrollar es el cerebelo. Se trata de una región que se encarga de integrar las vías sensitivas y las vías motoras, para que los sentidos del bebé despierten al mundo y para que su capacidad de movimiento empiece ya a madurar.
Las emociones positivas le confieren seguridad a tu bebé y le ayudan a crecer bebé
Cuando un bebé llega al mundo solo necesita dos cosas: alimento y seguridad. El primer aspecto lo consigue de forma sencilla. Alimentar a un niño es fácil. Sin embargo, alimentar cada una de las necesidades emocionales de un recién nacido en ocasiones lleva a más de un padre a algún equívoco.
A lo largo de estos primeros 6 meses necesita la cercanía física y constante de su madre. No habrá lugar más confortable.
Si un bebé llora cuando se le deja en la cuna o a altas horas de madrugada, no es por capricho, es su mecanismo de supervivencia: teme la soledad porque le asusta no poder sobrevivir de ese modo.
No podemos olvidar que cuando llegan al mundo su cerebro es completamente inmaduro, necesita por tanto de esa «exterogestación» donde terminar de madurar, y el lugar más propicio para lograrlo es en brazos de su madre.
Las emociones positivas, esas que le ofreces favoreciendo el contacto piel con piel, consolándolo cuando llora, abrazándolo a cada instante y hablándolo en voz baja y con cariño, son su segundo alimento. Tú le ayudas a crecer de todos los modos posible.
Le ayudas a establecer hábitos, a comprender las rutinas para regular sus ciclos La vida, así como nuestras jornadas cotidianas, no dejan de ser un conjunto de hábitos y rutinas que se ajustan a nuestros ritmos circadianos.
Algo tan sencillo como enseñar a un bebé cuándo es de día y cuándo es de noche le permitirá ir asentando un correcto descanso.
A su vez, a medida que vea que lo alimentas de forma regular hará que llore cada vez menos porque se sentirá seguro y satisfecho.
Rutinas tan básicas como la hora del baño antes de dormir, también permiten a un bebé integrar tiempos e ir comprendiendo qué viene después.
Eres su guía en la competencia del habla y el lenguaje
Un bebé llega a entender infinitas palabras mucho antes de que inicie el proceso del habla. Esto es así por una razón muy sencilla: porque mamá y papá nunca dejan de hablarle, de estimularlo con amables palabras y con esa comunicación constante basada en el contacto visual.
Un instante en que se inscribe sin duda los momentos más especiales para favorecer su despertar al lenguaje, es cuando la mamá alimenta a su bebé. Ya sea mediante el pecho o el biberón, la postura de por sí es la ideal para establecer ese contacto visual que mes a mes será ya más maduro y evidente.
Es entonces cuando el bebé es más receptivo, cuando despierta con sus primeras sonrisas, sus balbuceos, sus gritos emocionados y esos sonidos que poco a poco darán forma a la primera palabra.
Como ves, a lo largo de estos primeros 6 meses acontecen hitos increíbles, esos de los que tú eres responsable. Algo maravilloso que debes disfrutar cada día.
Este artículo fue redactado y avalado por la psicóloga Valeria Sabater 16 abril, 2019