Para tener un embarazo sano, sin complicaciones, es necesario acudir a cita con el ginecólogo una vez al mes durante los primeros 7 meses del embarazo y quincenalmente en los 2 últimos meses. El seguimiento se realizará en el consultorio hasta el día del parto.

 

Las consultas mensuales comienzan con una entrevista durante la cual puedes transmitir todas tus preguntas y preocupaciones al médico: pequeños malestares del embarazo, contracciones, dolores, pérdidas de sangre o de líquido blanco, etc. Luego, el médico te tomará la presión arterial y el peso, medirá la altura uterina (del pubis hasta la parte superior del útero) para evaluar el crecimiento del feto y, finalmente, revisará su formación con ayuda de un equipo de ultrasonido.

 

Adicionalmente, te pedirá exámenes de laboratorio, como análisis de orina, para detectar el azúcar, la albúmina o una infección urinaria; o de sangre, para descartar cualquier infección por rubeola o toxoplasmosis.